Sacramentos
Los Sacramentos, mucho más que los actos tradicionales, rituales y litúrgicos, son el signo sensible de Dios que actúa entre nosotros, un Dios que siempre quiere intimar con nosotros, y por eso Jesús los instituyó todos. Son ellos:
- Eucaristía: El centro de nuestra fe, Jesús en su plenitud de Hombre y Dios, se entrega nuevamente a nosotros para tener un encuentro íntimo con Él. El Sacrificio de la Cruz se renueva en cada misa, Jesús se entrega nuevamente a todos nosotros, pecadores.
- Bautismo: El bautismo borra en nosotros la mancha del pecado original, y así nos introduce en el pueblo de Dios y pasamos a formar parte del Cuerpo Místico de la Iglesia, cuya cabeza es el mismo Cristo.
- Confirmación: La Confirmación es el último de los Sacramentos de Iniciación, el Espíritu Santo derrama sus 7 dones sobre los Jóvenes, quienes ahora son adultos en la fe y listos para seguir a Cristo en sus vidas.
- Confesión: Nosotros los humanos, por nuestra naturaleza somos pecadores, y Dios, queriendo siempre tener intimidad con nosotros, instituyó la Confesión, donde los penitentes confiesan sus pecados al Sacerdote. Esto da la absolución, por lo que volvemos al Estado de Gracia, la Gracia de Dios.
- Unción de los enfermos: Cualquier persona que esté pasando por una enfermedad física, como enfermedad o enfermedad mental, puede recibir la unción de los enfermos, por eso le pedimos a Dios que cure todas las enfermedades.
- Matrimonio: Un Hombre y una Mujer, que por tanto amor entre ellos quieren ser un solo cuerpo, se casan, y así como el Amor entre Dios Padre y Dios Hijo generó el Espíritu Santo, el amor entre el hombre y Dios Una mujer da a luz a un niño.
- Orden: Los hombres que quieren ofrecer su Vida a Dios reciben el Sacramento del Orden, ofreciendo todo lo que hacen por el Reino de Dios, ayudando a la Iglesia militante a llegar al Cielo, administrándonos el Sacramento.